
En cambio, la floritura visual de Ritchie acelera la percepción del espectador y mantiene el ritmo frenético hasta el hilarante final.
Es una manera de rodar francamente interesante, acelera el ritmo de la narración con esa esforzada labor de montaje con constantes cambios de plano. Además de los tortuosos giros de cámara, también podemos disfrutar de una estética sucia de los bajos fondos de Londres.
”Snatch, cerdos y diamantes" está lejos de ser una gran película, pero se puede considerar el mejor exponente de esa corriente, tal vez aun sin nombre, que con ojo a la vez crudo y humorístico visita los temas clásicos del cine negro de antaño: traición, ambición y el patético espíritu humano en sus peores momentos.

En cuanto a los colores predominantes, dependiendo de cada localización, podemos ver dos caracteristicos:
Un tono sepia que encontramos dentro de algunos edificios, en salas de ring, etc, de vez en cuando acompañada por una neblina tipica de sitios cerrados que acaba de ambientar el lugar.
Y un tono que envuelve practicamente el resto de la pelicula que parece un verde olivo o similar, con el cual se juega en los exteriores como la casa de turco, el campamento gitano, etc.
En cuanto a la composición, los mas común es una fotografía tradicional, sin olvidar que se juega de vez en cuando con composiciones mas innovadoras y experimentales.
En todo momento se respeta la ley de los tercios, encontramos puntos de importancia bien compuestos, puntos de fuga, lineas de fuga, aires bien utilizados, etc.
Por último, añadir que en los planos frontales se busca la simetria en el plano.
Bastante recomendable, especialmente para quien quiera encontrar una excelente trama tras el derroche de estilo y malabares visuales.